Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/185/11
México, D.F., 13 de septiembre de 2011
Boletín AMC/185/11
México, D.F., 13 de septiembre de 2011
15 DE SEPTIEMBRE, DÍA INTERNACIONAL DE LA DEMOCRACIA
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México está tratando de construir un régimen democrático, lo fraseo en gerundio porque en realidad es un proceso que está en curso, dijo el investigador miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Mauricio Merino Huerta, en la víspera del Día Internacional de la Democracia, este 15 de septiembre.
Añadió que se han planteado múltiples debates sobre el momento preciso en que empezó la transición a la democracia en el país, "lo que sí sabemos es que cambió el régimen político, tras un proceso histórico largo, pacífico y con un marcado acento electoral".
Esa relativa pluralidad y cambio ha sucedido de los años noventa a la fecha, en un plazo relativamente corto en términos históricos y con largos antecedentes. Sin embargo, este cambio en la distribución del poder político no se ha acompasado con un ejercicio democrático de poder, de esta manera el gerundio al que me refería antes adquiere toda su relevancia, aseguró el doctor en Ciencia Política.
"Conseguimos alternancia pero no hemos conseguido gobiernos plenamente democráticos, autoridades que ejerzan totalmente la transparencia y la rendición de cuentas, ni la articulación franca con la sociedad mexicana; no hemos logrado que las pulsiones autoritarias que vienen de atrás se desechen", sostuvo el ex consejero electoral del Consejo General del Instituto Federal Electoral.
Agregó que para reconocer que un régimen es plenamente democrático hay características elementales como el voto: libre, secreto, universal, directo; el debate público, que implica confrontar distintas posiciones, de convencerse unos a otros; de la libertad de expresión, de dialogar en el mejor de los sentidos.
Pero hay otros dos elementos, que aunque son más instrumentales son de mucha importancia: la posibilidad de ejercer la libertad; lo que remite a los derechos humanos y la forma en que se ejerce la autoridad; la rendición de cuentas. "En este punto- dijo Merino- recuerdo a Karl Popper que decía que una sociedad democrática es aquella que puede deshacerse de los malos gobernantes sin derramar sangre".
El ex presidente del Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, A.C, también manifestó que estos cuatro elementos (voto, debate público, ejercicio de la libertad y la forma en que se ejerce la autoridad), existen en México pero con baja calidad.
De ahí que los ejes estratégicos que el país debe seguir para la construcción de una mejor sociedad estén basados en darle calidad a la democracia y desarrollar un buen ejercicio democrático del poder.
"Si bien hemos avanzado mucho y hemos conquistado libertad de expresión y la censura, es cada vez más una excepción y no una regla, también es evidente que para hacerse oír en este país primero hay que construirse un espacio mediático", expresó el director de la División de Administración Pública en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Merino Huerta precisó que es preocupante que los sistemas de empleo público privilegien la amistad o la filiación partidaria antes que al mérito y las competencias.
Mi posición, recalcó, es que la mayor responsabilidad por la mala calidad de la democracia en México, sin duda y de lejos, es de los integrantes de la sociedad política; es decir, el presidente de la República, pero también los senadores, los diputados federales, gobernadores, etcétera.
"La sociedad política es la responsable, la que deliberada y profesionalmente dedica su vida al ejercicio del poder, porque son ellos los que no han estado a la altura del cambio democrático que vivió México en los años noventa y que se fue consolidando en los primeros años del siglo XXI", señaló.
Por otra parte, comentó, entiende que hay un debate sobre si es la sociedad la que empuja los cambios democráticos o si es la sociedad política la que lo hace y "yo creo que debe ser la clase política".
Reconoció que lamentablemente se está en medio de una ola de violencia como nunca había tenido México. "Estamos viviendo el peor momento de violencia de toda la historia mexicana y ni siquiera es animada por un proyecto político, por una proclama, por una revolución, sino simplemente por procesos de desintegración social relacionados con corrupción e impunidad, de esta mala calidad de la democracia".
Aún no vemos, siguió Merino Huerta, movimientos sociales que realmente hagan despertar no solo a la juventud sino a toda la sociedad. Lo más cercano a esa indignación, que en otros países ya sucede, es el movimiento de Javier Sicilia, el Movimiento por la Paz, que fue un estallido de indignación más que justificada.
Ese movimiento ha creado nuevas conciencias en el país y ha logrado por lo menos que el poder los vea y los oiga, pero no ha producido aún ningún cambio tangible en la dirección que el movimiento desearía, opinó.
Yo no comparto la tesis de que México está metido ya en una movilización social digna de ser vista como tal, al contrario, tenemos una sociedad de bajo perfil, lo que los textos politológicos llaman una ciudadanía de baja intensidad a causa de una democracia de baja calidad, que son los dos males que hoy nos están desafiando, insistió el investigador.
En su razonamiento, el investigador sostuvo que pasarle la factura a la sociedad civil es cometer un agravio imperdonable, considerando que la mitad de la población en México es pobre y dedica su tiempo a sobrevivir en las condiciones más hostiles imaginables, encima con su seguridad amenazada.
"Pedir que sea esa sociedad civil; a pesar de su pobreza, de la violencia, del descuido en el que vive, que sea la que encabece los grandes cambios, eso ya está muy cerca de la utopía" subrayó.
Merino Huerta dijo que este 15 de septiembre prefiere festejar el Día Internacional de la Democracia. "Creo que es una fecha para reflexionar porque estamos obligados a consolidar la democracia, de no hacerlo, no es un regreso al pasado (con un sistema de Estado como el que mantuvo el PRI antes del 2000) es simple y llanamente la decadencia del estado mexicano".
Alertó que el país se nos va a ir de las manos en términos de organización política y en lugar de discutir cómo debe gobernarse mejor, vamos a estar discutiendo cómo sobrevivimos como país y esto, obviamente, es muy delicado.
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